domingo, 14 de abril de 2019

Variaciones sobre Walter de la Mare


In Memoriam

¿Quién eres tú, dime?
 ¿Eres tú la de las mansas avenidas, la que tenía la cercenada dulzura de las rosas?
 “Sólo está el viento donde la rosa estaba…”

Recuerdo haber paseado contigo, una calle tras otra, mientras los vencejos se aventuraban hasta el último soplo de aire antes del muro y las cigüeñas, mucho más arriba, remontaban el viento.
Te recuerdo tan niña como eras entonces, cuando no dejabas que te diera un beso.
Un clamor de campanas entre el sol de la tarde.
Y tus ojos.
Habría más, supongo, pero no alcanzo a verlo ahora que todo es Noche.
 “… No está ya el oro donde tu pelo estaba…”

No, no puedo verlo ya.
No rescataría nada de este espantoso naufragio, salvo aquellos paseos en que todavía no me dejabas besarte. 
Serás lo último que recuerde, si eres tú - ¿lo fuiste?  - la que encendía todas las lámparas de todas las casas, al filo del mar. La que hacía del mundo un lugar seguro.
Todo lo que perdí, todo lo que pudiste llevarte, no es nada comparado con su ausencia en tus ojos. 
“… No está el calor donde tu mano estaba…”

Mi vida a cambio de tu mano, sostenida en la mía. Aquel punto sin partes ni partidas, mi hogar perdido para siempre. ¿Y qué queda entonces? Sólo tengo conmigo, ahora que todo es Noche, el recuerdo de la última vez que me miraste con amor. Lo demás lo he dejado en la casa vacía. No cerré la puerta, ni apagué la luz. 
"… Tu espectro está donde tu rostro estaba…"

Me buscarán y estaré tan lejos, mecido por el aire.  Lejos de la orilla de ese mar de juguete donde te conocí;  de los lirios de arena y de todos los veranos que fueron nuestros.  
Me buscarás. Yo también te busqué, pero ahora sé que no podía encontrarte. Ya no estabas allí, no eras ya la de las mansas avenidas, la que tenía la cercenada dulzura de las rosas. 


Me buscarás, sí.
Cuando me encuentres, ya me habré marchado.


"... Tristes los vientos donde tu voz estaba,
lágrimas donde mi corazón estaba,
y ya siempre conmigo, 
hijo, siempre conmigo,
sólo el silencio donde la esperanza estaba."


Traducción de Eliseo Diego, en Conversaciones Con Los Difuntos